Después de pasar horas y horas pintando, lo último que quieres hacer es despertarte una mañana y ver la pintura burbujeante.

¿Qué origina este problema? Aquí están las fuentes de este problema frustrante, antiestético. Te decimos cómo prevenirlo, y cómo solucionarlo si ya sucedió.

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pintura burbujeante

Paredes sucias

Si alguna vez te has preguntado por qué cada manual de instrucciones de pintura comienza con “limpia las paredes”, te podemos confirmar que es muy, muy cierto.

La suciedad y el polvo se queda en tus paredes y techos. Y se interponen en el camino de la capacidad de la pintura fresca para adherirse.

Entonces, antes de pintar, limpia la superficie a fondo con una esponja húmeda y jabonosa, luego deja que la superficie se seque completamente antes de pintar.

¡Este proceso evitará el surgimiento de pintura burbujeante!

Saltando el sellador

El sellador o imprimante no es solo el intento de la industria de la pintura de venderte otro producto.

Una capa de sellador crea una superficie menos porosa para que las capas aglutinantes y pigmentos puedan atenerse al sustrato. En otras palabras, le da a tu pintura algo para seguir y evita más adelante una textura burbujeante.

Humedad

La humedad de las gotas de agua o las fugas, puede sumergirse en la estructura, creando burbujas entre la pared y la pintura.

Estos tipos de burbujas ocurren en las habitaciones donde la humedad es común, como en los baños y las cocinas.

Calor

Al igual que con la humedad, esto es más común en las habitaciones expuestas al calor, como las cocinas o las habitaciones que tienen mucha luz solar.

Esto no es tanto un problema de adherencia, ya que es un problema de secado. En los lugares cerrados y expuestos al calor, la pintura se seca de manera desigual a una velocidad demasiado rápida y causa pintura burbujeante.

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